Para tener las cuentas claras con la vida he decidido
levantar un inventario de las cosas que tengo, de las que no tengo, de las que
me gane, de las que me robe y me robaron, de los amaneceres, los besos los dados, los que no
di y me arrepiento (también de los que di y me arrepiento), de las visitas al
dentista y las baleadas que me comí, de las visas que no saque y todos los
billetes de veinte pesos que he perdido. Ahora se que tengo, que no tengo, que
me falta, que me sobra, donde sobre y cuanto
sobra.
Tengo sonrisas algunas grandotas, algunas cristalinas, otras
gritadas, agotadoras, ahogadoras y algunas fingidas, las que me distes, las que
te saque, las que entendí, otras que salieron por miedo, otras por nervios, las
que no puedo olvidar y las que dan fuerzas, las sinceras, las pausadas y por
supuesto las tuyas.
Tengo cicatrices, tengo una al ladito del musculo esternocleidomastoideo
del alma aquel maldito día que se me olvido pelearte a muerte, también tengo una en la barriga de cuando me
sacaron la vesícula, tengo una junto a la cajita de fósforos que cargo al lado
del corazón el día que nunca voy a olvidar mi humanidad, una grandota de cuando
perdí la inocencia y otras de donde se quedaron los sueños rotos y suspiros
botados cerca de jugo de naranja de la mañana.
Tengo libros, verdes , azules, con palabras, con dibujos, con
historias, con canciones, con paisajes, con alma, con mis ideas, con los dibujitos de Maury, con relucientes pensamientos
que brillan como escarcha a los ojos, con calores, con fríos, con historias que
se le meten a uno hasta el tuétano, con suspiros, magos, piratas,elfos, flores, valientes, cobardes…los tengo en la cabeza todos.
Tengo millones de perdones que repartir, por mentiroso, por desleal,
por cobarde, por aprovechado, por ser como soy, por no ser como alguien quiso, por
el zanjon, por el pedazo de pizza que me comí y era ajeno, por las esperanzas
perdidas, por ese ayer.
Tengo amor de mi familia, el del Dalai Lama (ese tiene que
querer a todo el mundo) de la familia putativa de lado tercero de mi madre, de
los de la iglesia, de mis amigos, saben la lista de quien me da amor es corta
pero me dan tanto que tengo para repartir.
Tengo miedo que te pase algo, de que un día te des cuenta de que soy un
negro feo y me dejes, que fallarte un día, de que un día haga algo que te avergüence,
de que alguien se vaya antes de tiempo, de que me caiga el cielo en la cabeza,
de los zombis, de los políticos (nuevos y viejos) de la policía, de que se
acabe la música, de que se vaya la señal de cable en medio de la película que
estamos viendo agarraditos del alma, sobre todo tengo miedo de un día olvidar
quien soy.
Tengo la música, la de mi país, la de tus ojos, la del pitero, la de
Paquita la del barrio, la de tu voz, la del sol, la de la luna la de mi abuela
cantándome Alabare, la de Víctor que arranca pedazos de interminable vida
cuando le canta a Jesús.
Tengo colores azules apasionados, rosados cachetones, amarillos pollo,
anaranjados dulcitos, rojos picantes, cafés calientes humeantes y chocolatosos,
verdes primaverales y chiludos, fuzias de dudosa reputación, pasteles de tres
pisos fosforescentes cantados y brillantes, blancos lujosos, grises miedosos.
También tengo sabores, el de tu
pelo en tu boca, el de tu piel, ese del lunar donde solo yo se donde esta,
sabor a la curva de tu espalda, de tus miradas, del resentimiento, de pollito
campero, de las baleadas de ceiba, de los ticucos de copan, de lorocos, de un
dedo zurdo de la mano ñurda de alguien, de pelitos de la nuca, de olvido, de
dolor.
Tengo noches oscuras, un peluche de 45 años, una espera de 20, tengo
recuerdos, zapatos gastados, historias vigentes, triunfos, fracasos, perdones,
letras, un blog, tatuajes, un arco, picazón por escribir, ansias de verte
crecer, de dártelo todo, tengo recuerdos de quien soy, letras y mas letras ahh y a veces comics.
Tengo días, noches, semanas, lagrimas, agua de coco, baledadas,
musflex, medallas, fotos, una cachetona, tantas ganas de que tanta gente me
perdone, tantas ganas de no olvidar quien soy y a veces también olvidarlo.
Hágase un favor y piense ¿Que tienes usted?. Ojala no empiece la lista por
tu celular, tu cuenta de banco y tu carro, ahí estarías un poco fregado no
crees?
Si Dios tiene cartera te juro que no tiene dinero, pero tiene una foto
tuya.
Herbert Soriano