En un corto periodo de tiempo me vi sometido a dos
ataques frontales que cuestionaron la comodidad espiritual y moral en la que
vivía , un libro “El hombre en busca del sentido de la vida” de Víctor Frank y
un video testimonial sobre la sobrevivencia en los campos de concentración
nazis en el periodo de la segunda guerra mundial. Debo aclarar que yo no era
ajeno a esta información, la he conocido desde hace mucho y siempre he dedicado
tiempo a conocer sobre todo este oscuro tiempo para la humanidad. De hecho debo
mencionar que Rafael Mantegazza con su libro “El olor del humo” libro pedagógico
que relata como funcionaban los campos de concentracion nazis fue una gran influencia en mi quehacer pedagógico
diario y mi vida cotidiana.
Pues el video y el libro pues volvieron a sembrar de
nuevo en mi persona esa inquietud, esa picazón intelectual de no alejarme de una
idea que siempre ha rondado en mi
cabeza sobre estos campos y todos lo que en ellos paso. Siempre me he preguntado ¿por que decidieron
vivir los que vivían en esas condiciones? , ¿qué les impulsaba a seguir dia con
dia en esos campos de concentración? Ambas historias vistas narran los
indecibles y casi imposibles hechos que se daban en esos campos, la vejaciones,
la prohibiciones, la deshumanización (si es un termino similar existe), el
destierro de la individualidad y la personalidad que ahí se vivía, vivir de la
mano con la muerte, sin comer, sin dormir, con miedo (que casualidad se parece
mucho a vivir en Honduras verdad).
¿Por que estas personas se aferraban con todas sus
fuerzas a vivir?, ¿por qué estas personas aceptaron situaciones que yo muy
sinceramente creo no haría? ¿que hacia a estas personas abrir los ojos cada mañana?.
En muchos casos y como narra el libro y el video fue el miedo y la esperanza,
el miedo a morir y la esperanza de que todo terminaría en algún momento, esto
fue claramente substituido por un desden, una aburrida entrega a sobrevivir
cada dia, tanto física como mentalmente.
Estas personas necesitaron de estos hechos para darse
cuenta de que sentido tenían sus vida, habrá que decir que no todos necesitamos
experiencias así para el mismo fin, pero debemos darnos cuenta de algo todos
debemos de buscarle sentido a nuestra vida , seamos quien seamos , en la situación
que estemos, debemos de buscarle sentido la vida. A veces vivimos vidas cómodas, a veces no tanto pero seamos
quien seamos, un estudiante, un taxista, un profesor , un hijo debemos
preguntarnos pues ¿que sentido tiene nuestra vida.?
Podemos hacerlo simplemente preguntándonos ¿Para que
estoy en este mundo?, ¿qué hago aquí?. Tomarnos un poquito en serio a nosotros
mismos y ver nuestro pasado, hasta donde hemos llegado, hasta donde pretendemos
llegar , ver que hemos aprendido de la vida, que lecciones nos ha dejado y
aprender de ellas.
Algo que aprendido de la vida es que las personas no
solo aprenden de su pasado, también ese pasado por durísimo que haya sido les sirve
de escalón para subir la escalera del vivir, no es un lastre que lo arrastra a
uno al fondo, es el apoyo que les permite salir adelante, pero eso depende de
cada persona.
Muy posiblemente usted este viviendo algo muy duro
ahorita, la muerte de un familiar, abandono, falta de dinero, falta de trabajo,
dese cuenta usted debe perseverar. Debe salir adelante aprenda de su pasado,
aprenda de lo que ha vivido, no se deje vencer por nada, pero sobre todo aprenda
de lo que ya le ha vivido.
Todos debemos seguir tratando de buscarle sentido a nuestras
vidas, el pasado lo voy a usar para construir, lo voy a usar para que me de
impulso, lo voy a usar para que me sirva de ejemplo. Los recuerdos buenos o malos esos hacen de usted lo que es,
un gran libro, una gran canción, una gran obra. No tenga miedo encuéntrese, sépalo
ahí dentro de usted ahí alguien maravilloso dando gritos por salir, por que lo
dejen ver las luz del luz, ahí dentro de usted solo hay grandeza, solo hay
triunfos , solo hay pasión por vivir. Déjese libre usted solo, que nada lo
detenga.
El pasado es para construir construya un gran futuro.
Si Dios tiene cartera, te juro no tiene dinero pero tiene una foto tuya.
Herbert Soriano