En el transcurso de mi vida he aprendido a comunicarme
conmigo mismo, de hecho, esta ha sido una de las tareas más difíciles que sin
duda he tratado de hacer. Y es que sin duda eso de tratar de hablar con uno es
un tanto complicado, el mundo cada vez más bullicioso sinceramente no coopera,
si antes era difícil escucharse ahora lo es mucho más, nuestra atención se
centra en el celular, en las redes sociales, en las deudas, en los problemas
económicos, en las enfermedades, en los políticos, esos son unos de los
infinitos distractores que evitan que usted se comunique con usted mismo, a
veces pareciera que el mundo no quiere que usted hable con usted, pareciera que
se ocupa en tener su mente ocupada.
A medida que crezco
(¡y quiero suponer que lo hago en madurez también!), me doy cuenta de que las
prioridades van cambiando, lo que en mi juventud era importante con el tiempo
fue perdiendo su interés, a veces la necesidad de figurar, la necesidad de
aceptación, la necesidad de ser reconocido y hasta alguna vez la necesidad de
venganza de alguien que nos hizo mal eran muchas veces en lo que enfocaba mis
energías. Con el tiempo todas esas particularidades que fueron en su momento
todo el centro de nuestra atención y fuerza fueron cambiado al punto que no
logro reconocer quien era en ese momento.
Hace un tiempo tenía una conversación con un amigo, al cual
le decía: no sé si solo soy yo, ¡pero cada día me importa menos lo que piensen
los demás! y este pensamiento me tenía algo incómodo, él me dijo yo estoy
igual, ¡cada día me importan menos los consejos de los demás! concluimos que
posiblemente habíamos crecido tanto que ya sabíamos lo que queríamos de la vida
y a pesar de lo buen intencionados que sean los consejos, uno como individuo ya
tiene claro que quiere hacer y lo hará independientemente de las consecuencias
a que nuestro actuar nos lleve.
Es divertido, resulta que me gusta mucho escucharme, ahora
trato de pasar mucho más tiempo conmigo (y es que sin duda no me dedicaba
suficiente tiempo), actividades como correr, caminar, acampar, meditar, orar o
hasta ir solo al trabajo en el carro me dan mucha satisfacción por que he
dedicado estos espacios de tiempo de escucharme, a saber, que quiero, a saber, dónde
me gustaría llegar. A veces a pensar en cosas más profundas como: ¿Cuál es mi
propósito en la vida? ¿Qué quiere Dios de mí? Yo tendría entonces forzosamente
que preguntarle a usted, ¿Usted pasa mucho tiempo con usted mismo?
Viera que montón de cosas tiene usted que decirse, viera
que interesante es usted, viera que divertido es oírse, uno se da cuenta de una
gran cantidad de cosas de uno mismo que ni siquiera había pensado. Yo me
pregunte hace unos días ¿cuáles son las cosas que me gustan? y me vi
confrontado con una serie de respuestas que me llevaron desde las carcajadas más
sonoras hasta las lágrimas más sinceras, una de las cosas que me pregunte fue,
¿estoy haciendo algo que realmente me gusta? Afortunadamente puedo decir que
si, lo estoy haciendo y sinceramente espero hacerlo más tiempo y más
frecuentemente.
Me di cuenta de que no soy fanático de mi trabajo, que lo
hago porque de el recibo un sueldo que me permite el sustento, me di cuenta de
que nunca he tenido un líder, que nunca nadie (humano) ha ejemplificado mis
sueños e ideales como para decir ¡Ese es mi único líder!, me di cuenta de que
estoy terriblemente enamorado de mi familia, los extraño cuando no están cerca,
necesito verlos constantemente, me di cuenta de existen personas que extraño
profundamente, quiero verlos, oírlos, reírme con ellos (aunque esto no
precisamente signifique que ellos quieran verme a mi) , me di cuenta de que sin
lugar a dudas ¡ no me gusta la papaya! , no entiendo el racismo y no creo jamás
ser un político.
También me di cuenta de lo que amo, me di cuenta que al fin
estoy haciendo cosas que me gustan por las razones correctas, por ejemplo:
escribo, supe que no escribo por ganar dinero, ni por ganar aceptación, ni
ganar notoriedad aunque agradezco tener los cientos de lectores que tengo (muy
agradecido con usted) pero me di cuenta de que escribo porque amo hacerlo, me
di cuenta de que me encanta tirar con mi arco, me fascina practicar ese deporte
y me duele no tener donde practicarlo, adoro acampar, el caminar en el monte,
el amanecer con las costillas todas adoloridas por dormir en el suelo, la
charla con mis compañeros de aventura, eso lo extraño y lamento no poder
hacerlo más seguido, me gusta el vino, me gusta la cerveza, me fascina cocinar,
amo a Jesús profundamente, me gusta hacer comics , esa parte creativa de
escribir y diagramar en la computadora es genial y me encanta estudiar (si…así
como leyó por raro que suene, me encanta estudiar) amo bucear y de a poco me está
gustando correr…ahí vamos
Voy a dedicarme a escucharme más sin duda necesito pasar más
tiempo conmigo
Y ¿usted pasa tiempo con usted mismo?
Si Dios tiene cartera te juro no tiene dinero en ella, pero
tiene una foto tuya.
Herbert Soriano
No hay comentarios:
Publicar un comentario